Ha sido publicada la encíclica Lumen Dei, iniciada por el Papa Benedicto y finalizada por Francisco.
Completa la descripción de las virtudes teologales que Benedicto inició con sus encíclicas sobre la esperanza y la caridad, dejando la fe para el final, coincidiendo con el aniversario del Concilio Vaticano II y el Año de la Fe que finaliza en noviembre.
La encíclica se divide en cuatro partes, como "cuatro cuadros de una única pintura", como la ha definido el arzobispo Muller, que "quiere reafirmar de modo nuevo, que la fe en Jesucristo es un bien para el hombre y es un bien para todos, un bien común”: “su luz no luce sólo dentro de la Iglesia, ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades para que avancen hacia el futuro con esperanza”.
